Empecemos por el principio, me llamo Francesc y soy de Mallorca (una isla en el Mediterráneo) y resido en Santa Pola (Alacant). Soy una persona sin cera (Me la quito con esos bastoncillos), romántico, sentimental, tengo sentido del humor, y en cuanto a mi aspecto echadle un vistazo a la foto de la izquierda en donde me observáis con rostro sereno y reflexivo... y bien ¿que tal? Lo sé, no es el rostro que acelera el corazón de millones de adolescentes ni puebla de lujuria sus solitarias noches, pero no quedaría mal en una mesita de noche. Huyo de la ostentación, de los oripeles, soy una persona sencilla que goza de los placeres sencillos, de una noche estrellada, de los abstractas formas de vaporoso algodón que salpican un día claro, de la canción de las olas mientras lamen la arena, del beso en el rostro de la veraniega brisa, de la canción de los pájaros saludando al nuevo día, de todo eso gozo. Y me descubro ante el talento, al fruto del esfuerzo y la inspiración plasmados en el celuloide, sobre una página en blanco, llorando, riendo y estremeciéndose sobre un escenario, dibujado sonidos sobre papel pautado, esparciendo luz y colores sobre una tela, en definitiva, ante el arte. Y ahora ha llegado el momento en que os preguntaréis, muy bien, ¿pero con que medios se vale para llenar su estómago, pues soy albañil, ya sabéis, uno de esos tipos con un pañuelo anudado a la cabeza que paciente y meticulosamente va amontanando ladrillos hasta formar paredes, que luego se conviert